Trasladar al mundo del arte la palabra libertad, pocos saben qué puede significar realmente.
Se puede vivir en un país presuntamente libre y ser las personas más sumisas, seguir dictados de la masa para difuminarnos en ella y seguir creyendo, después de todo, que somos libres.
Obstruir lo convencional, poner un muro a lo políticamente correcto y respirar aire limpio de polución consumista, así se teje una vida un poco más libre, así se puede hacer arte fresco e imaginativo.
Libertad compositiva, de estilo y temática variada, o dicho de otra forma, hacer lo que apetece y cómo te apetece.
Cuando se empieza en este mundo del arte, nos entra la prisa para encontrar un estilo propio, con la libertad de la pura abstracción sin reglas, permito entenderme que esas prisas solo son fruto de querer que el tiempo se fusione con trabajo, sin pensar ni creer en nada más que, en el objeto físico que te envuelve.
[robo-gallery id=»841″]